Aunque como todo es subjetivo, en esa relación de las 20 camisetas más feas de la historia del fútbol creo recordar que aparece una del Bochum de 1998 de colorines que me estuve a punto de comprar cuando estuve por allí porque me gustaba. Al leer el título pensé que habían adoptado el color de los fascistas como el de su uniforme titular, pero ahora veo que no fue más que una equipación suplente.