Es lo que tiene dar las cosas por hecho, y llevar todo preparado para la victoria. Si se puede sacar una moraleja de esta historia es que «fútbol es fútbol», no dejan de ser 22 señores dándole patadas a un balón, y que hay que tomarse las cosas con más filosofía. Sí conocía la historia de esta camiseta, lo que desconocía es que Brasil estuvo dos años sin jugar de la «depresión».