 Justo antes de la presentación de mi libro en Madrid, le dije a mi editor que estaba dispuesto a hacer todo lo que fuese necesario para promocionarlo, camiseta de portugal 2022 menos lo que de verdad hubiese marcado la diferencia: morirme. Valía lo mismo para ir al gimnasio a ponerse en forma que para traer la revolución. Si los forofos de los grandes equipos se sulfuran por los diseños controvertidos y para tener que gastarse unos 100 euros cada año para estar al día, los seguidores de los clubes más modestos acumulan motivos para quemar las redes.
 Justo antes de la presentación de mi libro en Madrid, le dije a mi editor que estaba dispuesto a hacer todo lo que fuese necesario para promocionarlo, camiseta de portugal 2022 menos lo que de verdad hubiese marcado la diferencia: morirme. Valía lo mismo para ir al gimnasio a ponerse en forma que para traer la revolución. Si los forofos de los grandes equipos se sulfuran por los diseños controvertidos y para tener que gastarse unos 100 euros cada año para estar al día, los seguidores de los clubes más modestos acumulan motivos para quemar las redes.




